Cuando varios compañeros me comentaban que estaban enamorados del DF, poco caso les hacía, ¿Cómo es que te puedes enamorar de un lugar?
Ahora sé que estaban en lo correcto, el DF es más que una ciudad, y cuando alguien que es de provincia conoce lugares de una capital, quizá es fácil poder asombrarse de tanto movimiento, de cambios tan constantes y de personas que aunque somos iguales van cambiando en formas de pensar, vestir y actuar.
Uno de los monumentos más emblemáticos de la Ciudad de México, el Ángel de la Independencia, creado en 1910 como un acto conmemorativo de la independencia de México.
Aunque fue una de las pocas fotos que pude tomar, no hay duda de que México es un buen lugar para vivir.