¿Por qué deberíamos arriesgarnos?

Todos tenemos miedos, muchos, tantos que no podríamos llenar una sola maleta, son tantos que pesan más que nuestro propio cuerpo. Nuestros miedos se apoderan de nosotros y la sangre empieza a correr rápido y de un lento agobiante que se precipita por todo el interior. Ese mover lento de dedos, unos con otros, sentir como empiezan...